QUIÉN FRECUENTA? (TESTIMONIOS)
Rigurosidad en la admisión
Vasco y Cristina, 29 años, hacen parte de la comunidad. Cuentan todo el proceso de selección y el ambiente de la fiesta en que participaron. «Primero nos solicitaron algunos datos de carácter personal y fotografías. Después recibimos un contacto telefónico donde nos explicaron detalladamente todo el proceso y etapas, marcando una pequeña entrevista personal por el hecho de existir un elemento masculino – y por aquello que me explicaron, el acceso se vuelve todavía más restricto cuando se trata de elementos masculinos, aunque no participen de forma no individual, sino como pareja. La exigencia del proceso de selección nos dio la idea y la garantía de existir alguna exclusividad», explica Vasco. El proceso tardó cerca de 15 días y fueron admitidos. La comunidad Purília ya ha promovido dos fiestas, pero de forma intercalada (entre los grandes eventos «Eyes Wide Shut») realiza cócktails de presentación de la fiesta que se sigue, «sirviendo también de cócktail de bienvenida para los nuevos miembros de forma anónima», explica la organización. Vasco y Cristina participaron en una de las fiestas «Eyes Wide Shut», pero no era la primera vez que tenían contacto con eventos de este género. «Ya hemos participado en algunas iniciativas, tanto en Portugal como fuera del País y dada la experiencia anterior en otras fiestas del mismo cariz teníamos las expectativas moderadas, o en otras palabras, sabíamos a lo que íbamos…».
Excitante y altamente erótico
«La organización nos llamó la atención varias veces sobre la necesidad de respetarse el dress code – son muy metódicos y llevan muy en serio el dress code. Cuando llegamos a la fiesta encontramos a toda la gente muy bien vestida, como una ceremonia, un ambiente de gala…. Excitante, tentador, el exponente máximo del erotismo y de las relaciones interpersonales, todo muy bien dosificado entre lo carnal y lo espiritual». Vasco y Cristina continúan con la descripción. «El espacio principal era una sala amplia, con un piano donde estaba alguien tocando acompañado de una voz femenina, pero podemos confesar que prestamos poca atención, era nada más que una banda sonora que estaba allí para crear el ambiente. También existen cuartos oscuros. Y rápidamente comenzamos a conocer a otras personas. El ambiente es muy excitante, altamente erótico, sexual, se ve mucho sexo, se hace mucho sexo, todo gira alrededor del sexo – vemos a otras parejas con parejas, con singles, singles con singles…. Fuimos invitados inmensas veces a juntarnos a otras personas e invitamos otras personas a juntarse a nosotros, observamos y fuimos observados, una noche inolvidable».
El Sexo deja de ser un «pecado»
«Respetamos el dress code, yo fui de frac y Cristina de vestido de noche. Nos gustó especialmente la forma como fuimos tratados, comenzando por el simple hecho de tener un chófer y limusina para llevarnos a la fiesta, en un ambiente de total secretismo y después todo lo que encontramos, personas educadas, bonitas, nos quedamos completamente fascinados, rendidos, sinceramente no esperábamos que todo estuviera tan bien organizado, un ambiente refinado, nos sorprendió positivamente», añade Vasco, que recomienda a toda la gente, por lo menos una vez en la vida, esta experiencia. Y explica que «es una forma diferente de encarar las relaciones, el sexo que deja de ser un “pecado”, algo muy positivo que consigue juntar gente con un interés común, el placer sin cualquier tipo de complejo o tabú».
El miedo a lo desconocido
Sandra, 34 años, llegó a la comunidad a través de una amiga y relata que «después de haber enviado un e-mail demostrando mi voluntad e interés en conocer un poco mejor la comunidad Purília, me solicitaron el envío de mis datos, contacto, edad, altura, formación. Fui contactada por la organización y me informaron que estaba preseleccionada. Después aún tuve que enviar información sobre mis gustos personales, describir mis expectativas en relación a la comunidad y a las fiestas. Pasados algunos días me llegó la contraseña de acceso a la página web». Al contrario de Vasco y Cristina, Sandra tenía grandes expectativas y recelo, principalmente, en relación al anonimato: «El temor era si se iría a encontrar con alguien conocido, aunque tuviese la ayuda de la máscara veneciana. Y después el miedo, o mejor dicho, el nerviosismo por causa de lo desconocido, de lo que iría a encontrar, el tipo de personas, lo que hacían…todas las preguntas fueron siempre respondidas anticipadamente por la organización, pero aún así continuaron hasta estar allí».
Llamamiento a la sexualidad con total libertad
Después del acceso a la página web llegó la fiesta. Sandra cuenta todos los pormenores del evento y del dress code. «Llevé un vestido negro, con unos Louboutin (mi gran perdición). Cuando entré en la fiesta la primera impresión fue de total lujuria, un ambiente que sólo se ve en las películas. Sentí que había clase y mucho respeto entre todos los participantes, mucha caballerosidad, gente cuidada. Me llamó la atención las edades de las personas que estaban allí – pensé que me iba a encontrar personas con edades entre los 35 y 45, pero la media de edad está tal vez entre los 23 y los 49… y eso me sorprendió un poco, positivamente claro. El dress code es elegantísimo, tal vez uno de los secretos de la fiesta pase por el dress code, ya que crea un ambiente sofisticado. Es una fiesta que nos apela a los sentidos, muy erótica, se siente algo en el aire que no consigo describir: el ambiente apela y “arranca” toda nuestra sensualidad, erotismo y sexualidad. Se tiene la sensación de libertad, pura libertad».
Ambiente de lujuria, donde está «prohibido prohibir»
Sandra participó una sola vez y confiesa que lo que más apreció fue «el erotismo, el sexo, la libertad, el concepto “open mind” y la diversión. Es un evento que se distingue por su exclusividad, por las personas que participan en él, por todo el ambiente de lujuria, por estar prohibido prohibir». Y describe: «existía un salón grande y varias salas pequeñas, cuartos y también un enorme jardín interior. Todas las personas que nos servían estaban vestidas a rigor, en los diferentes espacios había bailarinas clásicas, y daba la sensación que volaban sobre nosotros. En el salón una mujer muy guapa que tocaba violoncelo, se realizó una pieza de teatro y también había una sala donde pasaban pequeños documentarios, películas que no llegué a entender lo que eran, pero todo iba ocurriendo sin que se esperase».
Placer y descubrimiento de emociones
El relato continua con gran entusiasmo. «Tenemos la oportunidad de conocer personas nuevas, muy cuidadas, lo que es bastante interesante, porque sabes que esas personas están allí con los mismos objetivos nos da una buena sensación, esa sensación de total libertad. Sentimos que todo es posible y que todo ocurre realmente, mucho sexo para quien lo desea y lo busca, pero siempre con respeto. Existe una altura de la noche en que suena una campanilla, y se queda todo a media luz, en el salón grande y es ahí que comenzamos a ver muchas cosas, es difícil no dejarnos llevar por el placer, por el descubrimiento de emociones, que hasta el momento estaban un poco contenidas. Existen algunos elementos masculinos y femeninos (con muy buen aspecto) que están allí para “obedecernos” y pueden interactuar con los miembros si se les solicita. Por lo general, existen más elementos femeninos en comparación a los masculinos, también hay parejas, algunas de ellas se “comportan” como tal y otras actúan de forma individual». «La fiesta es una forma de sentirnos libres, nos hace sentir vivas, todavía más… Veo esta comunidad como un estilo de vida, una alternativa a una sociedad demasiado formateada y llena de preconceptos», finaliza.
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